Camila es una mujer de 23 años que padecía trastorno depresivo, lo cual le causaba dolencias físicas por somatización, estados de ánimo cambiantes, y un profundo sentimiento de resignación.
Después de ejecutar el plan de tratamiento psicológico personalizado, Camila empezó a comprender su historia familiar, aprendió a poner límites, reconoció que tiene una misión en la vida y que para cumplirla debe cuidar de sí misma.